viernes, 10 de octubre de 2008

ENTREVISTA A NOÉ JITRIK


ENTREVISTA A NOE JITRIK

Por Martín Aleandro. Fotos: Esteban Marcotegui

A mediados de siglo XX los escritores latino americanos se dejaron llevar por las letras en otras lenguas, especialmente leían a Kafka, Sastre y Faulkner, entre otros. ¿Esto marcó una nueva brecha que se desligaría de los escritores costumbristas?
Los libros de Sartre llegan a la Argentina al final de la guerra, Faulkner es editado en la misma época traducido por Borges. Es en este momento en que se da la presencia de estos escritores y de muchos más porque había una política de traducción muy activa en ciertas editoriales como Sudamericana, Emece, y otras que publicaron mucha literatura europea. En Latinoamérica se da en todas partes el costumbrismo que tiene el sentido de una búsqueda, de auto descubrimiento, el querer saber que es esa sociedad que está cambiando vertiginosamente, que está cambiando la estructura urbana, están cambiando las costumbres, los lenguajes. El costumbrismo trata de capturar todos estos cambios. Eso ocurre, por lo menos desde mi competencia, en: México, Argentina, Uruguay, Chile. Los escritores del llamado Boom, a medidos de los 60’, son escritores cultos, leían las traducciones de las cual hablábamos antes y muchas más, también los clásicos, ¿no? Lo que se proponen es renovar la narración y hacerla más eficaz. Ese es el sentido del Boom. Es lo que se propone, por ejemplo, Cortazar en Rauela, García Márquez en toda su obra y en especial en Cien años de soledad, Vargas Llosa en Casa Verde, etc. Eso abre perspectivas nuevas y también permite mirar hacía atrás y recuperar autores que ya existían y eran de gran calidad pero que no aparecían en la vitrina, por ejemplo: Onetti, Borges, Lesama Lima, Rulfo en México, Asturias y Monterroso en Guatemala, es decir, escritores que ya eran, y el Boom ayudó a releerlos. Después el Boom se abrió como una elección de libertad, pero la masa crítica que estaba en los escritores del Boom estaba compuesta por experiencias literarias y filosóficas mundiales y tradiciones locales fuertes, por ejemplo en la obra de García Márquez hay mucho modernismo, mucho Borges, para citar dos elementos de las tradiciones locales, pero también hay Faulkner, Camus en Sábato, en el Túnel que es una especie de réplica de la novela de Camus. Todo es una especie de interacción muy compleja.
¿Podemos traer a cuenta algún referente absoluto del llamado Boom que lo sigua siendo actualmente?
El que se conserva más fuerte es García Márquez, las lecturas de Cortazar no son tan entusiastas como lo fueron en su momento. La obra de Vargas Llosa es una obra cada vez más desligada a la filosofía del Boom, ya es una obra de una gran habilidad narrativa que busca una temática, a veces, provocativa lindando con lo porno, lo mismo que hace Donoso en cierto sentido. Creo que el que continúa más fiel, digamos el Jhon Lennon del Boom es García Márquez sin duda. Fuentes se ha expandido de una manera tan grande que ha caído en la novela histórica en muchas ocasiones, y la novela histórica tuvo una manifestación propia del Boom, básicamente en el libro de Roa Bastos, El yo supremo, que está dentro de una tradición latinoamericana como novela histórica y en la impronta de lo que fue el Boom.
¿Existió una especie de santo y seña literario para ser parte del Boom?
El santo y seña estaba dado por el interés editorial, ciertas editoriales como Seixbarral en España, como Sudamericana en Argentina, como Era en México, como Monte Ávila en Venezuela, Norma en Colombia, tenían preferencia por estos escritores. También en esta camada entraron escritores nuevos como Manuel Puig que no era cronológicamente de ese grupo pero que fue recibido por el grupo reducido de amigos, porque los que encarnaron el Boom se cuentan con los dedos de la mano, crearon entre ellos una especie de fraternidad que después se rompe. Estos escritores son los que ya nombramos, son el núcleo duro, lo que se llamó Boom; pero había una cantidad de fenómenos literarios concomitantes, que pueden ser considerados como emanaciones, prolongaciones, como efectos o resultados de esta presencia ruidosa del Boom.
Esto se da en Latinoamérica. ¿Podemos encontrar escritores en otra parte del mundo que leen literatura Latinoamérica y la reelaboran o se ven influenciados por ella?
Es probable que eso haya sido el caso de Borges, se puede hablar del efecto Borges en el mundo, en especial en Francia, Inglaterra, en EEUU. No hay muchos más casos de esa acción, lo que hay, tal vez, son secretas incidencias en la medida de que muchos escritores latinoamericanos vivieron en Europa. A lo mejor, yo no lo puedo verificar, incidieron en el modo de narración de escritores bastante nuevos, es el caso de la narrativa española, podría decir que: Julián Marías, Perez Reverte, Antonio Muñoz Molina, estos escritores no son ajenos a la literatura latinoamericana.

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