viernes, 10 de octubre de 2008

ENTREVISTA A LUIS SALINAS


ENTREVISTA A LUIS SALINAS
Por Martín Aleandro. Fotos: Esteban Marcotegui


En la trastienda de un show volátil y sin desperdicios, de un show donde nos demostró su versatilidad como músico y nos hizo vivir la mística de la canción popular, en un show donde dejó por sabido que puede pasar de las sutilezas de un tango a contramano y meterse de lleno en la furia del rock; Luís Salinas nos contó que: “al interpretar, la canción la siento, tiene que ver con el momento, dejo que fluyan ideas a partir de ahí. El momento en que con los músicos comenzamos a tocar es el momento de la canción”. Lo que dice se puede vivir, lo que dice es cierto en sus show, es parte de la magia que hablamos en el copete de esta nota. La música de las estrellas, los ritmos del cielo, el arpa de los santos y no tan santos. Todo está planteado, todo está planeado, está en juego, en el juego de los que saben. Salinas es un músico de Monte Grande, es un músico que dio la vuelta al mundo en guitarra, se hizo del mundo y viceversa, el mundo toca sus canciones y él las del mundo. Al revés de la trama lo encontramos sonando en las calles que le dieron un lugar, que lo pueden llamar por su mote. Él, melancólico nos dice: “que te puedo decir, lo que se siente al volver al lugar que te vio nacer es muy raro, es algo que no te lo puedo contar de parado, pero como ya lo dije recién, son muy fuertes los lazos, entonces cuando vuelvo al lugar se mezcla todo, y es hasta muy difícil de tocar. La gente, la familia, los amigos del alma, están todos ahí, se siente su presencia y eso es algo muy fuerte, al menos para mí”.
Salinas no se detiene de saludar a gente, no deja de estrechar su mano con quien quiera hacerlo. El flash de un fotógrafo con su estallido detiene el tiempo en un gesto, Salinas abraza a un desconocido que le pide una foto, el desconocido muestra una sonrisa de rodaja de sandía desdentada. Todo queda fundido. Luego de una catarata de saludos y besos reanudamos la charla:
“Recién, dos chicos que tocan la guitarra me preguntaron cómo es que aprendí y cómo puedo tocar como toco. Yo les respondí que en realidad hay que buscarse dentro de uno mismo, es ahí donde está la esencia de cada uno. Aprender de lo que escuchás, sacarle todo el jugo que puedas a otros músicos que te gusten, pero que lo más importante es encontrar una personalidad propia, una forma de ser uno mismo. Por eso es importante aprender a conocerse, a buscar dentro de sí. Es ahí donde está todo. Está mucho más cerca que lo que todo el mundo cree, pero hay que saber bucear dentro de uno mismo y sacar lo mejor. No me parece que se puede llegar a ningún lado si no se busca dentro de uno”.
Realmente las palabras de Salinas buscan la esencia humana en su estado puro, en el interior de cada individuo. Quizá por esto al principio digo que es hechicero sabio, porque no sólo su música es trascendental, sino también su pensamiento.
Cuando llegó el momento de preguntarle por su estilo musical, no pude olvidarme de su disco “Rosario”, tampoco pude hacerlo del álbum doble “Muchas Cosas”, que entre otros, son los más auténticos, los que marcan su estilo a fuego. Él me respondió: “todo lo que no se grabó en EEUU es más auténtico, tuvimos más control. Ya desde el lenguaje es difícil hacerles entender que es lo queríamos lograr, de qué manera queríamos que suene el disco. Por esto es que esos dos discos, a los que hacés referencia, son más auténticos, o quizá más logrados, en lo que refiere al estilo, particularmente es lo que me parece, es una cuestión de control a la hora de grabar”.
También la charla viajó, fue rolando por distintos puntos en la latitud de las almas. Al ritmo de un fogón de verano y guitarra criolla en mano, nos detuvimos en los pasajes folclóricos de su carrera. Hablamos de las formas, de la pureza, de cómo interpretar algo que es de todos y no es de nadie, algo que se escapa de la realidad y la crea. Es nuestra, es la música del alma. “a la hora de tocar los temas tradicionales trato de respetar las composiciones, pero no puedo evitar dejarme llevar por la impronta de las improvisaciones, la música te transporta a otras dimensiones, las mismas melodías son las que te piden ser tocadas. Yo me dejo llevar siempre por la magia de la improvisación. Es un terreno donde me siento cómodo y me gusta. Pero siempre respetando la armonía y al compositor. El respeto no lo pierdo nunca.
A sala llena Luis Salinas presentó Muchas cosas, su último disco doble, junto con los músicos Javier Lozano (teclado y sintetizador), los uruguayos Martín Ibarburu (batería) y Urbano Moraes (bajo) y Pocho Porteño (percusión). Muchas cosas reúne una gran cantidad de temas de Salinas junto con piezas de otros autores entre los que se destacan dos boleros, Tú me haces falta, de Feliciano y Lamentablemente de Chico Novarro. Sin duda el pensamiento musical de Salinas se expresa mejor dentro de las formas fijas que proporcionan el bolero, el tango y el folclore; esas formas sirven de límite a sus digresiones, condensan su expresión.






POCHO PORTEÑO:
Uruguayo. Desde su juventud que integra distintas formaciones de músicos de renombre. Es un de los percusionistas de mayor impronta en la música afroamericana. Invitado insoslayable de toda banda de ritmos latinoamericanos. Las congas,
¿Considerás que en la música nacional el uso de la percusión está tomando cada vez más protagonismo?
Si, en realidad siempre fue así. Lo que pasa ahora en nuestro país es que tenemos a muchos latinoamericanos residiendo y compartiendo con nosotros su música. Tenemos gente de Puerto Rico, de Cuba, Colombia, de todos lados en realidad. Lo que sucedió es que nosotros durante mucho tiempo evitamos ser latinoamericanos y copiábamos a los europeos o a los yanquis. Hoy por hoy tenemos conciencia de lo que somos. Somos latinoamericanos y hacemos la música como tales. Estos ritmos, los que hablamos, son difíciles de tocar, están en una métrica de 6x8 o cosas así, son más complejos y ricos que la música que queríamos copiar antes. Lo mejor que tenemos nosotros es la Chacarera Trunca, tenemos que luchar para que se pueda dar un concierto de Chacarera Trunca con una banda sinfónica atrás. La conciencia de la existencia de nuestros estilos y géneros, gracias a la generación de ustedes, está creciendo. Todo esto hay que difundirlo para que la gente también tome conciencia. En la Argentina hay muy buenos percusionistas, muy buenos músicos en general, pero siempre miramos lo de afuera y no reconocemos la que tenemos acá. Luís Salinas hace música universal, en cualquier parte y con cualquier músico del mundo él puede dar un espectáculo maravilloso como el de hoy.


URBANO MORAES:
¿Cómo vivís esta fusión de estilos que se da en ambos márgenes del Río de la Plata?
Con mis músicos vine a tocar muy pocas veces a la Argentina, recuerdo un festival en el Rojas, en la calle corrientes. La gente conocía mis temas, los coreaba, también cantaba y bailaba los temas de Mateo; luego del show me hablaban bárbaro de la música uruguaya. La gente reconoce que junto a Rada, los Fattorusso y otros, somos los primeros que comenzamos a salir del Uruguay tocando Candombe y mezclándolo con el rock, allá por el año 1968; esto es lo que la gente reconoce.
Todos tenemos a Eduardo Mateo como un gran referente musical, todos tenemos un poquito de él en nuestras canciones, no es necesario que sigamos su estilo pero es inevitable no tenerlo en cuenta.
Pienso que los músicos uruguayos tenemos muy buena recepción en la Argentina, ustedes son un público especial y muy cálido.

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